Entorno a la fotografía y al documento virtual. Entrevista a Luis Castelo

José Luis Crespo Fajardo

 Universidad de Cuenca (Ecuador)

Luisa Pillacela Chin

 Unidad Educativa Rotary Club (Ecuador)

Resumen:

En esta oportunidad, la revista Estudios sobre Arte Actual entrevista a Luis Castelo Sardina, profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y destacado estudioso de la fotografía desde todas sus dimensiones: del análisis icónico a la perspectiva de la técnica, pasando por la descripción histórica. En su haber destacan sus libros dedicados a la instrucción fotográfica, destacando obras como Del ruido al arteLa imagen fotográfica, La fotografía e Historia de la fotografía. Al mismo tiempo se dedica a la fotografía artística y profesionalmente.

Palabras clave: Arte, fotografía, documento virtual, Luis Castelo.

Abstract:

On this occasion, Studies on Current Art Journal interviews Luis Castelo Sardina, Professor at the Faculty of Fine Arts of the University Complutense of Madrid (Spain) and leading scholar on photography from all its dimensions: from the iconic analysis to the technical perspective, passing through the historical description. In his curriculum highlights his books dedicated to the photographic instruction, emphasizing works as Del ruido al arteLa imagen fotográfica, La fotografía e Historia de la fotografía. At the same time he works in the photography artistic and professionally

Keywords: Art, photography, virtual document, Luis Castelo.

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Buenos días Luis. A lo largo de tu carrera investigadora y sobre todo como creador  te has dedicado especialmente a explorar los modos no regulados y poco convencionales de la fotografía, como puede ser la escanografía o el ScanArt. ¿Cómo se te ocurrió adentrarte en este campo tan original y poco explorado?

Al principio por una mezcla de azar y necesidad, luego de modo premeditado. El azar es una fuente inagotable de recursos, sólo hay que estar alerta para saber si funcionan o te pueden servir para tu trabajo. Yo empecé a trabajar con los escáneres a finales de los 90 y en esa época las cámaras digitales dejaban mucho que desear, al menos las que económicamente estaban a mi alcance. Sin embargo los escáneres planos ya ofrecían resoluciones de 600ppi lo que me facilitaba tener grandes archivos con los que poder trabajar para poder hacer grandes ampliaciones. Hoy en día suena casi ridículo tener un archivo de 100Mb pero en ese momento era algo excepcional. Por otro lado, un escáner plano era algo bastante más asequible, mientras que las cámaras digitales de gama alta eran prohibitivas. No recuerdo el momento en el que empecé a colocar objetos dentro del escáner pero compramos uno para el despacho de mi facultad y empecé a trastear con él. En ese momento yo ya tenía cierta experiencia con máquinas fotocopiadoras y estos tenían similitudes de funcionamiento con aquellas. Empecé con pequeños objetos, luego empecé a introducir espejos y otras superficies reflectantes dentro del escáner. Posteriormente añadí diferentes sistemas de iluminación alternativa a la que tenía el propio instrumento y así empecé a trabajar con animales y plantas. Mi experiencia como taxidermista me ayudó mucho al conocimiento de multitud de especies y a su manejo, por otro lado la relación que mi grupo de investigación mantiene con el museo de Ciencias Naturales o con el Real Jardín Botánico nos facilitó el acceso a diferentes colecciones científicas con las que pude trabajar.

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Dasyrus geoffroii. Serie Historiae naturalis. 2007. Escanografía. 55×160 cm.

A través de las revistas nacionales e internacionales del panorama fotográfico descubrimos novedades y apreciamos imágenes de gran interés. No obstante, la fotografía es un arte en el que detalles como el matiz, el grano o el brillo de la superficie pueden ser muy determinantes para advertir su calidad. ¿En qué grado la imagen se altera en las publicaciones de rotativos y cómo se ve alterada en la visualización virtual, desde los dispositivos de pantalla?

Es cierto que la mayor parte de las fotos que vemos no las vemos sobre soportes fotográficos pero eso ha pasado siempre. Está claro que existe una alteración de determinados aspectos que conforman la imagen fotográfica. Ver la trama de un offset o la trama de una pantalla es inevitable. En una impresión industrial sobre papel se pueden conseguir calidades muy cercanas al original sobre papel fotográfico, mientras que las pantallas homogenizan la superficie de la imagen haciendo que todas sean “iguales”. Lo cierto es que el soporte pantalla está omnipresente en la fotografía, desde la pantalla de nuestras cámaras digitales a nuestras pantallas de ordenador. También es verdad que la imagen digital se adapta mejor a estos sistemas de visionado, después de todo son de la misma naturaleza.

La evolución tecnológica, su transformación y desarrollo, parece abocar cada fragmento de la cultura hacia la digitalización. La deriva parece indicar que en un futuro próximo las publicaciones tenderán a ser mayoritariamente digitales, pero quizá en el caso de ciertos libros de fotografía, libros de artista especialmente, sea precisa la edición en papel, casi de carácter artesanal. Dentro de este espectro de posibilidades ¿qué futuro vaticinarías al foto-libro?

La verdad es que el foto-libro está en pleno auge y cada vez son más los autores que acaban haciendo alguna publicación de este tipo. El objeto (libro) como tal no creo que desaparezca, además adquiere un aura muy especial, la posibilidad de tocar, sentir, incluso oler el libro en papel sigue teniendo un gran atractivo y un carácter diferenciador. Por otro lado, en estos tiempos de crisis que estamos viviendo tener una publicación en papel es más económico que hacer una exposición, moverla a distintos lugares y galerías, etc. Un libro es fácil de transportar, ver y difundir, mucho más que una exposición.

¿En qué grado percibes que la proliferación y popularización de los sistemas para visualizar imágenes (computadores, tablets, teléfonos celulares…), han repercutido en la influencia de la imagen fotográfica?

Todos estos dispositivos incorporan una cámara fotográfica por lo que a cualquier poseedor de un smartphone o una tablet se ha convertido en un fotógrafo potencial. La fotografía se ha convertido en algo que todo el mundo utiliza con diferentes fines y, claro, los instrumentos empleados para ello también influyen. Pero también hay que tener en cuenta que estos instrumentos cuentan con aplicaciones que permiten “tocar” o editar la fotografía a gusto del usuario. Tenemos multitud de redes sociales en donde podemos subir y mostrar nuestras fotos más o menos interesantes, o más o menos banales pero ahí están. También hay algunos aspectos curiosos que están imponiéndose, como por ejemplo la orientación horizontal o vertical de las fotografías digitales. En tono irónico les digo a mis estudiantes que las nuevas cámaras digitales tienen una función, muy poco utilizada, que es la de poder hacer fotos en formato vertical; es tan fácil como girar 90º la cámara y, voilà, ya tenemos una foto vertical. La tendencia a ver las fotografías en pantallas de TV o de ordenador, siempre horizontales, ha influido notablemente en la orientación en la que se toman las imágenes. Pero también es verdad que con los teléfonos móviles la mayoría de las fotografías se hacen en vertical, por no hablar de los vídeos, con el nefasto resultado de verlos en pantallas horizontales con unas bandas negras a los lados. Quizás en esto tiene que ver el modo en el que los sujetamos estos dispositivos para hablar. También resulta curioso la incorporación de ruidos digitales que simulan el ruido de un obturador mecánico, cuando en realidad no existe ningún mecanismo de este tipo en los smartphones o tablets que haga tal ruido, de hecho, no hacen ningún ruido. Son sonidos enlatados. ¿Reminiscencias o nostalgia de lo mecánico?

No recuerdo dónde leí que hoy se toman más fotografías en 2 minutos que todas las realizadas durante todo el siglo XIX. Vivimos una era no ya iconofílica sino iconodúlica por excelencia. Es una autentica veneración por las imágenes la que estamos viviendo.

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Allium cepa II. Serie Germinación. 2008. Escanografía. 100×100 cm

Actualmente la fotografía en los medios de comunicación es muchas veces alterada con ayuda de retoque digital y posproducción, siendo un ejemplo muy notable el mundo de la moda. ¿Cuál es tu parecer sobre el uso y abuso del retoque fotográfico?

El retoque fotográfico siempre se ha hecho. Desde los orígenes de la fotografía se han realizado retoques, fotomontajes y alteraciones de todo tipo. Lo que sucede ahora es que es muy fácil llevarlo a cabo y, además, las costuras no se notan. Si nos estamos refiriendo al retoque en el mundo de la moda que sirve para transformar, adelgazar los cuerpos femeninos con fines comerciales y para vender determinados patrones de belleza me parece mal y debería ser erradicado o al menos consentido por parte del o de la modelo. Pero pasa lo mismo en prensa. Claro que se hace y se ha hecho retoque pero debería existir un código deontológico como tienen los médicos para no sobrepasar determinadas barreras de lo ético. El problema de la fotografía es que se le ha prohibido desde su nacimiento adentrarse dentro del terreno de la ficción. Desde siempre se la ha considerado como paradigma de verdad y testigo fiel de los acontecimientos, pero lo cierto es que la fotografía tiene un potencial enorme de ficción que está descubriendo desde el surgimiento de la fotografía digital. Y ahora que se ha liberado del corsé de la objetividad parece que todo debería estar sujeto a reglas o cánones cuasi religiosos como: no retocarás, no alterarás la perspectiva, no modificarás la piel, etc. No olvidemos que todo esto también se hay antes con materiales químicos.

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Deconstrucción nº3 Rousettus aegyptiacus. Serie Decconstrucciones. 2010. Escanografía. 100×100 cm.

¿Qué impacto se advierte en cuanto al papel de la imagen fotográfica en las redes sociales, ahora que a través de la fotografía se difunden acontecimientos con total inmediatez, casi a tiempo real?

El impacto es digno de analizar. Ahora cualquiera es fotógrafo. Todo el mundo lleva una cámara fotográfica en el bolsillo y por lo tanto se han convertido en reporteros potenciales. Hoy en día cualquier acontecimiento por remoto que sea tiene cerca a alguien con una cámara que puede registrar aquello y enviarlo inmediatamente a cualquier parte del mundo o colgarlo en cualquier red social.

No hay más que ver las portadas de los periódicos para darnos cuenta de ello. Nos encontramos con que muchas de las fotos que aparecen ilustrando un acontecimiento está realizada por un aficionado. El oficio de fotógrafo ha cambiado radicalmente. Ya no hay que mandar a un profesional a cubrir un acontecimiento o fotografiar un determinado lugar siempre habrá un aficionado que haya estado o esté allí para regístralo. Lo que se resiente con este cambio es fundamentalmente la calidad de lo fotografiado, pero la prensa ¿qué prefiere, calidad o impacto e inmediatez?

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Salamandra salamandra bejarae. Serie Aquae. 2008. Escanografía. 100×100 cm.

Desde cierto punto de vista puede considerarse que asistimos a una época de amateurismo fotográfico generalizado, en la que mucha gente busca dar un estilo profesional a sus fotos ayudados por filtros y aplicaciones de Internet, en tanto redes sociales como Instagram o Facebook facilitan la publicación y amplia divulgación de las imágenes. ¿Qué consecuencias se prevén con la incorporación de estas nuevas posibilidades y recursos?

A mí sí que hay un aspecto que me gustaría destacar y del que no se habla mucho. Es la desaparición del ruido tal como lo conocíamos con la implantación de la fotografía digital. La fotografía digital es limpia, podríamos decir que es casi aséptica. No contiene elementos relevantes en su estructura que nos permita una identificación clara, excepto la ausencia de elementos notables que es lo que hace que la veamos en extremo falta de materia o textura. Resulta interesante como, para subsanar esta característica, nos empeñamos en introducirle aspectos propios de la fotografía fotoquímica para que tenga un aspecto más “natural” o cercano visualmente. La proliferación de filtros que añaden “ruido” es abrumadora: filtros vintage, bordes como los generados por el desaparecido Polaroid, grano que se mimetiza con la película tradicional, colores propios de películas de negativo de color de diferentes tipos, y un larguísimo etcétera de características de las desaparecidas películas. Seguimos conviviendo hoy en día varias generaciones que hemos crecido, aprendido y disfrutado con dispositivos fotoquímicos con otras generaciones, los así llamados nativos digitales, que no han visto un rollo de película en su vida y que sin embargo emplean, con cierta ingenuidad muchas veces, todos esos filtros que simulan películas tradicionales ya desaparecidas. Considero que hay una reacción mimética y nostálgica, hacia los procesos tradicionales fotoquímicos muchas veces inconsciente pero otra veces premeditada ya que, la fotografía digital, sin todo este artificio, a veces nos resulta extraña. Cualquier fotógrafo de moda o publicidad que se precie está introduciendo en la edición de sus imágenes ruido analógico para hacer más atractivas las imágenes para sus clientes. ¿Qué pasará cuando desaparezcamos estas generaciones que vivimos el auge de lo fotoquímico? ¿Se seguirán utilizando este tipo de filtros miméticos o la fotografía digital acabará pareciéndose a lo que realmente es o debería ser, fotografía digital?

La gran afluencia de imágenes que encontramos en Internet favorece el fenómeno creativo del apropiacionismo, con un uso irregular de la fotografía que muchas veces no contempla derechos de autor. Un ejemplo actual popular son las imágenes denominadas «memes», donde se incorpora a una imagen tomada de la web un texto de carácter crítico o humorístico. ¿Crees que las imágenes que se suben a Internet habrían de ser libres o se deben proteger con firmeza ante este tipo de intervenciones?

Intentar proteger las imágenes que se suben a Internet es como poner puertas al campo. Ahí está la contradicción: o las subo para que se vean y me vean o me las guardo en mi casa en un cajón. Yo siempre les digo a mis estudiantes cuando me preguntan sobre este tema de proteger las imágenes, ponerles una marca de aguas, etc. que si las suben a una resolución lo suficientemente baja como para verlas en pantalla y no poder sacar copias pues es suficiente muchas veces como protección. Si tienes miedo de que alguien las coja pues mejor no subirlas. Por otro lado, siempre están las asociaciones que protegen los derechos de los autores visuales para ejercer las acciones judiciales pertinentes en caso de apropiación indebida de las imágenes.

Muchas gracias por la amabilidad de concedernos esta entrevista.

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Para saber más:                                  

Luis Castelo / Joaquín Perea / Jaime Munárriz: La Imagen fotográfica. Ed. Akal, Madrid, 2007 (360 págs.)

Luis Castelo: Del ruido al arte. Una interpretación de los usos no normativos del lenguaje fotográfico. Ed. Akal, H. Blume, Madrid, 2006 (208 págs.)