EDITORIAL

Laura Vázquez Hutnik

Universidad de Buenos Aires ― Conicet

Problematizar los sentidos y alcances del arte actual puede ser una tarea imposible. A diferencia de otros momentos y contextos en su historia, el campo artístico contemporáneo cifra el fin de un estado: aquel en que una perspectiva (o apenas un puñado) podía centralizar y reunir todas las afirmaciones y todas las divergencias. Bajo el signo de su crisis, el arte es un relato y no un manso discurrir de acontecimientos y temporalidades. Y en ese territorio (campo de batalla y de poder) todo lo pensado y lo que aún está por pensarse, están latentes.

Es más que notoria la distancia de esta nueva cultura artística respecto del arte de la modernidad. Es entonces cuando se tornan necesarios libros como este, para intervenir desde  el presente con nuevas preguntas, los viejos problemas: ¿qué es el arte? Ya lejos de su celebrado o lamentado “fin”,  se vuelve urgente pensarlo “después de la teoría”. O mejor dicho, más allá  y por encima de sus confines y conceptos.

Porque si bien es cierto que el arte actual está profundamente ligado a la lógica del capital, también cabe pensar en las posibilidades libertarias o de autonomía que brindan las nuevas tecnologías en cualquiera de las etapas de su producción, difusión y consumo. ¿Cuánto vale el arte actual? ¿Cuál es la especificidad de su mercancía y cuál su legitimidad? ¿Es posible que sus productos estén lejos del mercado? ¿Cómo se transforma la propiedad intelectual, las formas de transacción y el concepto de autor bajo las nuevas reglas del campo?

Este libro trabaja estos problemas desde distintos ángulos, enfoques y disciplinas e intenta productivamente repensar los alcances y límites de las transformaciones del campo. En este sentido, el arte de los “nuevos medios” ya no puede pensarse como campo especializado o escindido  del mundo mainstream de las galerías y los museos.

Los lenguajes se mezclaron para siempre y alteraron nuestra percepción de los objetos y las cosas. La utopía final de una realidad desmaterializada, sin mercado y sin autor, nos obliga a preguntarnos por la inminente obsolescencia de aquello que alguna vez, llamamos “cultura artística”.

No es difícil encontrar aquello que une los distintos artículos, puesto que conforman una  agenda actual de relaciones entre repertorios de imágenes, proyectos y discusiones teóricas. Pero, más allá de las continuidades y diálogos mutuos que los textos establecen entre sí, es en su diversidad donde Estudios sobre arte actual se hace más fuerte.

El aporte de investigadores, docentes, críticos y profesionales provenientes de distintas  disciplinas y campos de trabajo, permite desplegar una mirada transversal, original y fecunda sobre el arte de nuestros tiempos. Por supuesto, se trata de una contribución que no agota el problema ni pretender hacerlo. Gesto contrario,  lanza la punta del  ovillo y lo hecha a rodar.